Secretos, mentiras, traiciones y un laberinto de apariencias
"La noche de los secretos" de Adolfo Rodríguez en la segunda entrega de la serie protagonizada por el inspector Gabriel Somoza.
En el corazón del lujoso Cabo de las Huertas, una urbanización donde la calma esconde secretos inconfesables, la noche se tiñe de sombras cuando dos adolescentes desaparecen sin dejar rastro y aparece una nota pidiendo un rescate. Ese es el punto de partida de La noche de los secretos de Adolfo Rodríguez, segunda entrega de la saga protagonizada por Gabriel Somoza.
Parece que fue ayer cuando acabé de leer la primera entrega, La noche de San Juan, que os expliqué que me había encantado. Supongo que por eso, esperaba comenzar la lectura en el mismo cohete con el que viajé con la primera. Pero no ha sido así del todo.
Me ha costado entrar en la novela. Para mí, exceso de interrogatorios en la primera mitad de la novela que no hace avanzar la novela como a mí me gustaría. Además, he tenido la sensación que el personaje principal, Gabriel Somoza, estaba desdibujado en esa primera parte y que el protagonismo recae en su compañera de investigación Patricia. Esto en sí no es bueno ni malo, pero yo esperaba más Gabriel y que fuera si historia la que avanzara.
Después de esa primera parte, la novela arranca. A partir de ese momento, el autor nos sumerge en un laberinto de apariencias, mentiras, secretos y traiciones que con el transcurso de la lectura iremos descubriendo y que hace que la lectura se torne muy interesante.
Esa segunda parte sí que ha cumplido con mis expectativas y ha dejado la novela en buen lugar, sobre todo por la construcción coral donde cada personaje aporta una capa nueva de sospecha, drama e interés.
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Boletín Negrocriminal 12/05/25